domingo, 25 de septiembre de 2011

Las orejas del lobo


Hace una semana que el sector de la comunicación se rasga las vestiduras por el amago de manipulación que apunto ha estado de ejecutar la cúpula política de RTVE. En resumen, pretendían permitir el acceso de sus miembros al sistema informático de edición utilizado en la Corporación. La propuesta partió del PP y contó con el respaldo de CiU, mientras que el PSOE y ERC se abstuvieron, como si la ocurrencia no fuese los suficientemente importante para votar en contra…
Lo que me preocupa y ocupa es que mis compañeros no se rasguen las vestiduras en la red por las decenas de casos de manipulación a la que están abocados televisiones de menor calado. Sin tanta repercusión, pero con las mismas consecuencias. No podía dejar de pensar cuando leía estos días los twetts sobre estos hechos en los compañeros que sufren cada día el intrusismo político en esta profesión. No me refiero a las grandes cadenas públicas, en este caso la nacional y autonómica, sino a las televisiones locales que han surgido como hongos en otoño. De las que no se dice nada. Ahí también incluyo las que reciben financiación oculta de los Ayuntamientos. En estas cadenas no es que haya un Consejo que proponga la censura sino que directamente se aplica. Muchas veces son los políticos de turno los que, incluso, redactan las noticias o elaboran la escaleta. Sin embargo, ellos nunca serán un TT. Son los grandes olvidados, pero también los más numerosos.  Según la fuente a la que recurra el número de medios municipales varía aunque, en cualquier caso, es muy elevado. Imagínense la repercusión y el impacto en la sociedad que pueden llegar a atener.
En esta ocasión, los partidos que apoyaron la ocurrencia vieron las orejas al lobo y recularon declarándose garantes de la neutralidad. Los periodistas hemos ganado esta batalla pero, ¿qué pasará después?. Indignémonos y rasguémonos las vestiduras de una vez. Seamos capaces de elaborar un estatuto del periodista que huya de estas cuestiones, incluso apoyado por medidas legislativas. Un órgano que tenga capacidad suficiente para impedir que se apliquen estos sinsentidos y que no dependa de la cercanía electoral para echarlo atrás. La gran asignatura pendiente de contar con un Colegio de Periodistas. ¿Habrá llegado ese momento? No lo creo.

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