martes, 31 de enero de 2012

2.075 argumentos


Poco se está hablando estos días de la repercusión directa que tendrá el cierre de una aeorolinea que durante años ha servido de bandera a políticos y empresarios para exaltar el tejido empresarial español. Creada en 1986, el cierre de Spanair deja tras de si un rastro desolador, y no sólo para los clientes que adquirieron sus billetes pese a que la compañía ya sabía que no le quedaba dinero ni para combustible, y que ya nadie le prestaba más crédito. 2.075 empleados (932 auxiliares de vuelo, 395 pilotos, 325 personas adscritas a servicios generales, 192 que se dedican al mantenimiento de aeronaves, 196 que trabajan en oficinas de ventas y 35 de almacenes) se han quedado en la calle y ni tan siquiera han recibido una comunicación oficial de la compañía. 2.075 argumentos contra el cierre sin justificación de una empresa con financiación pública que ha estado dirigida por ejecutivos que se han embolsado sueldos millonarios mientras la aerolínea iba a pique. Y con ella, sus trabajadores.
 Fuente foto: abc.es
No son sólo una cifra utilizada en ocasiones sin tacto, sino familias (en muchos casos con más de un miembro afectado por la quiebra) que se quedan sin recursos en el peor de los escenarios económicos de las últimas décadas. Sólo han recibido 1.000 euros a cuenta de la nómina del mes de enero, pese a que ellos, los verdaderos damnificados de Spanair, tienen derecho a cobrar inmediatamente el salario correspondiente a los 30 días anteriores a la declaración concursal, según la legislación. Sin embargo, la situación de insolvencia de la firma y la más que previsible dilatación en el tiempo del proceso judicial (que acaba de empezar) harán que los verdaderos motores de Spanair no cobren (ni tan siquiera) su correspondiente indemnización hasta dentro de unos años. ¿Y mientras tanto? Trabajadores, con expedientes intachables y que se esforzaron por mantener la credibilidad de la empresa tras su último accidente, están en la calle, olvidados por la empresa, pero también por la Administración. Ellos son los 2.075 argumentos contra el cierre de una empresa que nadie sabe qué hizo mal para perder dinero donde ahora las low cost harán negocio.